¿Qué es la Magia Satánica?

Magia Satánica

La Magia Satánica es uno de los aspectos centrales del Satanismo, y uno de los que provoca más interés y curiosidad en los neófitos. Es también uno de los más frecuentemente malinterpretados. Aquí esclareceremos qué entiende el Satanismo por «Magia».

Definición de Magia

La Llave Menor de Salomón o Lemegeton Clavicula Salomonis, uno de los más famosos grimorios de brujería, contiene una definición de Magia al comienzo:

La Magia es el más Alto, más Absoluto, y el más Divino Conocimiento de la Filosofía Natural, avanzado en sus trabajos y sus operaciones maravillosas por un entendimiento correcto de las virtudes ocultas e internas de las cosas; de modo tal que los verdaderos Agentes aplicados a los apropiados Pacientes, extraños y admirables efectos serán así producidos.

La misma obra hace ya una distinción entre dos tipos de magia: la Magia Natural y la Magia Diabólica. Sin embargo, la frontera entre ambas no es clara. Según el libro, la Magia Diabólica es, simplemente, la que practican quienes han sido corrompidos por este conocimiento, y lo utilizan con fines malignos. La distinción no parece ser en virtud del contenido, sino más bien de su uso.

La Magia según Anton LaVey

En la Biblia Satánica, Anton LaVey define a la magia como «el cambio de situaciones o eventos según la propia voluntad, los cuales, de otra manera, no podrían cambiarse». La frase es intencionalmente ambigua. La primera pregunta que suele originar es «¿Es la magia un arte relacionado con lo sobrenatural?»

Cabe primero hacer una distinción entre los sobrenatural y lo inexplicado. El Satanismo no concibe la magia como un fenómeno sobrenatural, sino como un fenómeno inexplicado. La magia no es algo que contradice o rompe las reglas de la naturaleza, sino que forma parte de la naturaleza y obedece sus reglas, sólo que quien cae bajo el influjo de la magia no conoce las reglas específicas que la hacen funcionar.

A lo largo de la historia humana, muchos fenómenos naturales han sido vistos como mágicos, simplemente porque quienes así los veían no contaban con una explicación para ellos. Un eclipse puede parecer mágico ante los ojos de quien no conoce nada sobre astronomía.

La magia escénica del ilusionista es «magia» porque produce desconcierto y admiración en las personas que no tienen manera de explicar lo que están viendo. La audiencia sabe que no hay nada sobrenatural en lo que el mago hace, pero al no conocer cuál es el procedimiento realizado para obtener ese efecto, no le queda más que fascinarse con el espectáculo y el poder del mago.

Incluso el mago puede ignorar sus propios trucos. Existen personas con una predisposición natural a producir un efecto mágico sobre los que lo rodean, como los seductores o líderes natos, y no pueden explicar ni explicarse qué es lo que hacen para producir ese efecto, lo cual no hace ese efecto menos real.

El mago y la bruja satanistas saben que fenómenos como el amor, la atracción, la confianza y el entusiasmo pueden parecer «mágicos»  a los ojos de quienes los sienten, pero que pueden producirse a voluntad muy eficazmente, cuando se cuenta con el conocimiento y la práctica para desarrollar ese poder.

Magia Blanca y Magia Negra

En el habla popular, suele existir una distinción entre Magia Blanca o protectora y Magia Negra o destructora. Esta caracterización proviene de la distinción medieval entre la Magia Natural y la Magia Diabólica que mencionáramos anteriormente y que puede encontrarse en La Llave Menor de Salomón.

Arthur E. Waite, en su Libro de Magia Negra y Pactos (1898), hace la siguiente distinción:

La Magia Ceremonial Blanca es, por los términos de su definición, un intento de comunicarse con Espíritus Buenos con un fin bueno, o al menos inocente. La Magia Negra es el intento de comunicarse con Espíritus Malvados con un fin malvado o para cualquier propósito.

A menudo la Magia Blanca y la Magia Negra son identificadas, respectivamente, con la práctica de la magia wicca y la magia satánica. Pero algunos satanistas no hacen distinción entre Magia Blanca y Negra, ya que consideran que toda forma de magia parte del interés o egoísmo propio para producir un cambio, ya sea éste para el beneficio o el perjuicio de alguien.

Magia Menor y Magia Mayor

Existen otras dos clases de Magia. La Magia Menor (también llamada «Magia No-Ritual») es la que se sirve de artimañas para atraer y mantener la atención de las personas, con fines manipulativos. En este sentido cumple un papel importante la apariencia, entendida no sólo como aspecto físico sino también como la actitud y el comportamiento. Según LaVey existen tres vectores de manipulación: sexo (producir deseo sexual en otra persona), sentimiento (producir un vínculo emocional) y asombro (producir admiración y/o sorpresa).

La Magia Mayor o Magia Ritual involucra tres tipos de rituales, que pueden ser individuales o grupales. Según Anton LaVey, existen tres tipos de rituales, que coinciden con las tres emociones humanas básicas: de deseo, de compasión y de destrucción. El ritual de deseo, también conocido como ritual de sexo, tiene justamente por objeto crear el deseo por parte de la persona a la que uno quiere poseer. El ritual de compasión o sentimental sirve para ayudar o brindar éxito a alguien o a uno mismo. Por último, el ritual de destrucción o maldición es para expresar odio, ira o desprecio.

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