Las 7 Hermanas Demoníacas o Infernales son un grupo de 7 espíritus malignos femeninos. Según las leyendas, son capaces de causar enfermedades y traer desgracia, pero también puede ser invocadas y controladas para toda clase de propósitos, incluyendo el placer.
El Testamento de Salomón
La mención más famosa de las 7 Hermanas Demoníacas se encuentra en El Testamento de Salomón. Este texto antiguo, como su nombre lo indica, es el supuesto testamento dejado por el Rey Salomón. En él, el rey cuenta cómo obtuvo su famoso anillo para invocar y controlar demonios.
Entre los muchos demonios que aparecen mencionados en el texto, están las siete hermanas demoníacas. Sus nombres son Engaño, Conflicto, Batalla, Celos, Poder, Error, y una última que no dice su nombre pero se define a sí misma como «la peor de todas». Algunos creen que justamente ése es su nombre: Peor.
Salomón relata que las siete hermanas son muy hermosas y aparecieron atadas unas a las otras. Se presentaron diciendo, al unísono, «somos de los treinta y tres elementos del gobernante cósmico de la oscuridad», para luego cada una de ellas presentarse a sí misma de la siguiente manera:
Engaño: «Yo soy el Engaño, engaño y tejo trampas aquí y allá. Afilo y excito las herejías».
Lucha: «Yo soy la Discordia, discordia de discordias. Traigo maderas, piedras, colgadores, mis armas al lugar».
Batalla: «Me llaman Klothod, que es la batalla, y hago que los bien comportados se dispersen y se enfrenten unos con otros».
Celos: «Hago que los hombres olviden su sobriedad y moderación. Los separo y divido en bandos; porque la Discordia me sigue de la mano. Arranco al esposo de la compañera de su lecho, a los hijos de los padres y a los hermanos de las hermanas».
Poder: «Yo soy el Poder. Por el poder levanto tiranos y derroco reyes. A todos los rebeldes les otorgo poder».
Error: «Yo soy el Error, oh rey Salomón. Y te haré errar, como ya te hice errar antes, cuando te llevé a matar a tu propio hermano. Te llevaré al error, como para escarbar en tumbas; y enseño a quienes cavan, y alejo a las almas errantes de toda piedad, y muchos otros rasgos malvados son míos».
Séptima Hermana: «Yo soy la peor, y te haré estar peor de lo que estabas; porque impondré los lazos de Artemisa. Pero la langosta me liberará, porque está destinado que por su medio lograrás mi deseo… Porque si alguien fuera sabio, no dirigiría sus pasos hacia mí».
Según el Testamento de Salomón, con el Anillo de Salomón es posible invocar y controlar a las siete hermanas. Las instrucciones para crear el anillo están en el grimorio La Llave Menor de Salomón.
Invocación a las 7 Hermanas Demoníacas
Aunque son por lo general conocidas por el Testamento de Salomón, las siete Hermanas Demoníacas aparecen mencionadas en varios textos medievales. Son a veces llamadas «fiebres», porque eran consideradas entidades demoníacas capaces de causar enfermedades. Pero también se las llama «hadas», «elfas», «diablas» y «demonios». Un manuscrito del siglo X o XI titulado Codex Vaticanus Latinus 235 incluso contiene una invocación destinada a protegerse de ellas:
Os conjuro, escalofríos y fiebres, que sois siete hermanas, como las del mediodía, las nocturnas, las diarias, las de dos días, las de tres días, las de cuatro días, las fiebres del bosque, las fiebres judías, las fiebres hebreas, o cualquier otro tipo que seáis: os conjuro por el Padre […], para que no tengáis permiso de dañar a este siervo de Dios ni de día ni de noche, ni despierto ni dormido, ni en ningún lugar.
En el texto los nombres de las siete diablas aparecen escritos en código, pero han sido descifrados, y son Ilia, Restilia, Fagalia, Subfogalia, Frica, Iulia e Ignea. Un texto danés del siglo XV las llama de manera similar: Illia, Reptilia, Folia, Suffugalia, Affrica, Filica, Loena vel Igne. Otro manuscrito, de alrededor del año 1600, las llama Lilia, Hestillia, Fata, Sola, Afrya, Africa, Iulia, y Venulla. Además, incluye un hechizo mágico para invocarlas y atarlas a nuestra voluntad. Y otro texto encontrado, esta vez del siglo XVII, contiene un encantamiento de protección contra las siete hermanas:
Os conjuro, espíritus o elfas, que sois siete hermanas y tenéis estos nombres: Lilia, Restilia, Foca, Fola, África, Julia, Venulia […] para que de ahora en adelante ni vosotras ni ningún otro en vuestro nombre tengáis poder o dominio sobre esta tierra; ni dentro ni fuera, ni sobre este siervo del Dios viviente, N., ni de día ni de noche.
Además de textos escritos, se han encontrado amuletos antiguos con los nombres de las siete hermanas demoníacas. El propósito de estos amuletos era protegerse de ellas. Por ejemplo, el amuleto Blaesinge, hecho de plomo y encontrado en Dinamarca, data de entre los siglos XIII y XV, y tiene una inscripción en latín que menciona a las septem sorores (siete hermanas), y dice sus nombres.
Pero no todos veían a las siete hermanas como entes nocivos. Varios textos de los siglos XVI y XVII las describen como espíritus a los que es posible invocar para toda clase de propósitos: obtener tesoros y objetos mágicos, revelar conocimiento, y obedecer al brujo en todo lo que pida, incluso tener relaciones con él.
Las Pléyades
Muchos demonios solían ser antiguos dioses paganos, y las 7 Hermanas Demoníacas no son la excepción. Eran originalmente las Pléyades, siete hermosas ninfas de la mitología griega. Según las leyendas, son hijas del titán Atlas y la oceánide Pléyone, de la que toman su nombre. Las siete acompañaban a Artemisa, la diosa de la caza.