Cartas sobre Demonología y Brujería es un estudio sobre brujería, demonología, hadas y fantasmas del famoso escritor escocés Sir Walter Scott. La obra fue publicada en 1830 y tuvo una influencia importante dentro del movimiento gótico del siglo XIX, incluso sirviendo de inspiración para que Bram Stoker escribiese Dracula. Hoy en día se reconoce a las Cartas como un trabajo pionero en su campo.
Scott estuvo interesado por lo sobrenatural y por el folklore durante toda su vida, y tuvo varios proyectos de trabajo en el tema. Por ejemplo, en 1809 le sugirió a su amigo Robert Surtees trabajar en un «sistema de Demonología». Y en 1812 le propuso al anticuario y artista Charles Kirkpatrick Sharpe crear una recopilación de historias también vinculadas al tema, pero ambos proyectos no prosperaron. En 1823 Scott incursionó en la escritura sobre el tema con un texto breve llamado «Diálogo sobre supersticiones populares».
En 1830, el yerno de Scott, John Gibson Lockhart, le dio la idea de poner todos sus conocimientos sobre demonología en un libro definitivo sobre el tema. Así nació Cartas sobre Demonología y Brujería, una obra dividida en 10 partes, cada una de ellas en la forma de una carta de Scott a su yerno. El formato de carta le permitió a Scott ser más informal y conversacional en la prosa. Las primeras ediciones tienen ilustraciones de George Cruickshank.
En el libro Scott revisa diversas opiniones sobre demonología y brujería que se fueron dando a través de la historia, desde los tiempos bíblicos hasta sus días. Como iluminista, Scott utiliza una perspectiva racional para evaluar los casos. Visiones sobrenaturales son atribuidas a estados emocionales alterados, credulidad o enfermedad. La creencia medieval en demonios se adjudica a ignorancia cristiana sobre otras religiones, ignorancia que llevó a convertir dioses musulmanes o paganos en diablos y a sus sacerdotes en brujos.
Scott también analiza juicios por brujería que tuvieron lugar en Escocia, señalando que la naturaleza de la evidencia requerida para condenar le permitía a los acusadores tener una gran libertad de acción, mientras que los acusados no tenían escape posible. Scott también observa que muchas confesiones eran forzadas a través de tortura, y que en muchos casos la acusación de brujería era un arma política, ya que en países católicos solía ir de la mano con el crimen de herejía.
Pero además de ser un tratado filosófico sobre el tema en cuestión, Cartas sobre Demonología y Brujería es principalmente una interesante recopilación de anécdotas sobrenaturales. En sus páginas encontramos de todo, desde poltergeists que rompen vajilla, hasta la curiosa historia de un esqueleto que siempre aparecía en el campo de visión de un hombre.
Además de su propio conocimiento y escritos anteriores, Scott utilizó como fuentes varios libros sobre demonología, como Esbozos para una filosofía de las apariciones de Samuel Hibert, El descubrimiento de la brujería de Reginald Scot, Magnalia Christi de Cotton Mather y De las ilusiones populares y más particularmente de la demonología moderna de John Ferriar. También Scott refiere anécdotas propias, como la ocasión en que compró vientos favorables a una bruja en Orkney durante un viaje que emprendió en 1814.