Gustave Flaubert lo llamó «el Devorador». John Milton lo consideró «El más feroz, más fuerte y más osado entre los moradores del Infierno». Bertrand Russell afirmó que rendirle culto es equivalente a la sumisión absoluta del esclavo. Se le conoce como el dios pagano de los sacrificios infantiles, y ha inspirado macabras teorías conspirativas. Hoy conocemos sobre Moloch, el más sanguinario de los demonios.
Demonio de los sacrificios
Desde la Antigüedad, Moloch siempre estuvo vinculado a los sacrificios humanos. Su nombre aparece nueve veces en la Biblia cristiana, la mayoría de las veces en el Antiguo Testamento, y se refiere a él como un dios pagano al que se le ofrendaban niños. Aparece mencionado especialmente en Levítico 20 3:5, donde se condena enfáticamente el culto a Moloch:
3 Y yo pondré mi rostro contra el tal varón, y lo cortaré de entre su pueblo; por cuanto dio de su simiente a Moloch, contaminando mi santuario, y amancillando mi santo nombre. 4 Que si escondiere el pueblo de la tierra sus ojos de aquel varón que hubiere dado de su simiente a Moloch, para no matarle, 5 entonces yo pondré mi rostro contra aquel varón, y contra su familia, y le cortaré de entre su pueblo, con todos los que fornicaron en pos de él, prostituyéndose con Moloch.
Existe evidencia arqueológica y documental de que los habitantes de la antigua Cartago sacrificaban a sus propios hijos a los dioses. Diversos textos judíos medievales conectan al Moloch bíblico con esas prácticas sacrificiales cartaginenses. Varios historiadores, entre ellos Diodoro Sículo, describen en detalle estas prácticas, en las que se utilizaba una escultura o ídolo de metal con cabeza de toro y brazos extendidos sobre un fuego. El niño a sacrificar se colocaba sobre los brazos de la escultura, y rodaba a lo largo de los brazos hacia abajo, cayendo al fuego.
El Templo de Moloch
Una de las más antiguas leyendas sobre este demonio refieren a la construcción de un templo en su honor por parte del legendario Rey Salomón. Según se cuenta en un texto medieval titulado El Testamento de Salomón, Salomón se había enamorado perdidamente de una mujer jebusea. Los sacerdotes de Moloch le dijeron que si deseaba obtener a esa mujer, debía adorar a Moloch. Él se negó, pero los sacerdotes insistieron diciéndole que esa mujer no tendría sexo con él a menos que le diera un sacrificio a Moloch.
Ocurrió que Eros colocó cinco saltamontes cerca de la mujer a la que Salomón amaba. Ella entonces le dijo a Salomón: «Toma estos saltamontes y aplástalos en el nombre del dios Moloch; y entonces me acostaré contigo». Él así lo hizo, la hizo su esposa, y luego construyó un templo en honor a Moloch.
En la Biblia cristiana también se menciona al Templo de Moloch construido por el Rey Salomón. En 1 Reyes 11:7, se dice: «Entonces Salomón edificó un lugar alto a Quemos, ídolo abominable de Moab, en el monte que está frente a Jerusalén, y a Moloch, ídolo abominable de los hijos de Amón».
El Templo de Moloch permanece en el imaginario colectivo como un lugar imponente y terrible donde se realizan sacrificios.
Moloch en el Paraíso Perdido
Moloch está presente en El Paraíso Perdido (1667), un poema que es considerado la obra maestra de John Milton y una de las obras cumbre de la literatura universal. Además de Moloch, aparecen como personajes varios otros demonios, pero Milton llama a Moloch «El más feroz, más fuerte y más osado entre los moradores del Infierno». Aquí compartimos dos extractos significativos del poema que lo mencionan:
Moloch al frente está de los primeros,
Moloch , que de los llantos lastimeros
Maternales, Gozoso se apacienta,
Y de sangre de niños se alimenta,
Cuando sobre sus bárbaros altares
Los ve sacrificados a millares,
De las manos de su ídolo nefando
A la espantosa hoguera,
A sus pies encendida, resbalando,
Mientras que sus gemidos, una fiera
Música de panderos y tambores
Cubre, volviendo en fiesta los horrores.
El Jefe que inmediato se seguía
En aquella malvada compañía,
El más feroz, más fuerte y más osado
Entre los moradores del Infierno,
Moloch, que se decía al Ser eterno
Igual, y en su delirio prefería
Perder enteramente la existencia
A concederle alguna precedencia,
Terrores y amenazas despreciando,
Y el Cielo y los Infiernos olvidando,
Cediendo del despecho a la violencia,
El furioso Moloch, su horrible encono
Con voz áspera exhala en este tono:
«Venganza, guerra abierta, interminable:
Tal es mi único voto.»
Moloch en el poema Aullido, de Allen Ginsberg
Aullido es un poema del escritor y poeta estadounidense Allen Ginsberg. Según se cuenta, el autor lo escribió inspirado por unas visiones aterradoras que tuvo luego de consumir peyote, en las cuales vio a un demonio devorador de niños, que no era otro que Moloch. Aquí compartimos un fragmento del poema.
¿Qué esfinge de cemento y aluminio reventó sus cráneos y devoró sus cerebros y su imaginación?
¡Moloch! ¡Soledad! ¡Inmundicia! ¡Fealdad! ¡Latas de basura e inalcanzables dólares! ¡Niños chillando bajo las escaleras! ¡Muchachos sollozando en los ejércitos! ¡Ancianos llorando quedamente en los parques!
¡Moloch! ¡Moloch! ¡Pesadilla de Moloch! ¡Moloch el sin amor! ¡Moloch mental! ¡Moloch el inmisericorde juez de los hombres!
¡Moloch prisión incomprensible! ¡Moloch cárcel desalmada de tibias cruzadas y Congreso de aflicciones! ¡Moloch cuyos edificios son veredictos! ¡Moloch la vasta piedra de la guerra! ¡Moloch los anonadados gobiernos!
¡Moloch cuya mente es pura maquinaria! ¡Moloch cuya sangre es el fluir del dinero! ¡Moloch cuyos dedos son diez ejércitos! ¡Moloch cuyo pecho es una dinamo caníbal! ¡Moloch cuyo oído es una humeante tumba!
¡Moloch cuyos ojos son un millar de ventanas cegadas! ¡Moloch cuyos rascacielos se yerguen en las largas avenidas como inacabables Jehovahs! ¡Moloch cuyas fábricas sueñan y croan en la niebla! ¡Moloch cuyas chimeneas y antenas coronan las ciudades!
¡Moloch cuyo amor es petróleo y piedra sin medida! ¡Moloch cuya alma es electricidad y bancos! ¡Moloch cuya pobreza es el espectro del genio! ¡Moloch cuyo sino es una nube de asexuado hidrógeno! ¡Moloch cuyo nombre es la Mente!
¡Moloch en cuyo seno me aposento en soledad! ¡Moloch en cuyo seno sueño ángeles! ¡Demente en el seno de Moloch! ¡Chupapo- llas en Moloch! ¡Desamado y sin hombre en el seno de Moloch!
¡Moloch que penetró en mi alma tempranamente! ¡Moloch en cuyo seno soy una consciencia sin cuerpo! ¡Moloch que me aterrorizó sacándome de mi éxtasis natural! ¡Moloch a quien abandono! ¡Despertad en el seno de Moloch! ¡La Luz cae del cielo en torrentes!
¡Moloch! ¡Moloch! ¡Robóticos apartamentos! ¡suburbios invisibles! ¡tesorerías esqueléticas! ¡capitales ciegos! ¡demoníacas industrias! ¡naciones espectrales! ¡manicomios invencibles! ¡penes de granito! ¡bombas monstruosas!
¡Se quebraron las espaldas elevando a Moloch hasta los Cielos! ¡Pavimentos, árboles, radios, toneladas! ¡elevando la ciudad al Cielo que existe y está por doquiera en torno nuestro!
Bohemian Grove
Bohemian Grove es un predio ubicado en Monte Río, California, que ha originado diversas teorías conspirativas vinculadas a Moloch. Es el lugar de reunión del Bohemian Club, un club privado al que pertenecen personas importantes del mundo de la política y los negocios. El club organiza un ritual anual llamado «Cremation of Care» («Cremación de la Preocupación»), que se realiza frente a una escultura en forma de búho.
Hay quienes afirman que el búho representa al demonio Moloch, pero no existe evidencia de ello. Además, Moloch es tradicionalmente mostrado como un ser con cabeza de toro, y no como un búho. El búho ha sido un símbolo del Bohemian Club desde su fundación, e históricamente representa sabiduría, porque es un animal que puede ver en la oscuridad.
En el Diccionario Infernal
En el Diccionario Infernal (1818) de Collin de Plancy, hay un apartado sobre Moloch. Traducido del francés dice lo siguiente:
Moloch. Príncipe del país de las lágrimas, miembro del consejo infernal. Era adorado por los amonitas en forma de una estatua de bronce sentada sobre un trono del mismo metal, con cabeza de ternero coronada. Sus brazos estaban extendidos para recibir víctimas humanas: se le sacrificaban niños. En Milton, Moloch es un demonio horrible y terrible cubierto por las lágrimas de las madres y la sangre de los niños.
Los rabinos afirman que, en el interior de la estatua del famoso Moloch, dios de los amonitas, había siete tipos de compartimentos. Se abría uno para la harina, otro para las tórtolas, un tercero para una oveja, un cuarto para un carnero, el quinto para un ternero, el sexto para un buey y el séptimo para un niño. Esto llevó a confundir a Moloch con Mitra y sus siete puertas misteriosas con las siete cámaras. Cuando se quería sacrificar niños a Moloch, se encendía un gran fuego dentro de la estatua. Pero para no escuchar sus llantos lastimeros, los sacerdotes hacían un gran ruido con tambores y otros instrumentos alrededor del ídolo.
La apariencia de Moloch
Moloch suele ser representado como un ser con cabeza de toro, a la manera de un minotauro, generalmente sentado en un trono. A veces también se lo muestra con una corona en la cabeza y con alas. Una de las maneras en que Moloch es frecuentemente representado es en la forma de una escultura de grandes dimensiones, sobre la cual se realizan los sacrificios. Para la película Cabiria (1914), basada en la novela Salammbô de Gustave Flaubert, se construyó una escultura gigante de Moloch. En la actualidad está en exhibición en el Museo Nacional del Cine de Turín, Italia.
Me parece muy atrayente la imagen de un hombre musculoso, moreno con cabeza de toro. Ni me imaginaba que era el mismo Moloch de las historias bíblicas. Me pregunto: Cómo esos dioses exigían cosas? Hablaban ellos a los humanos tal y como la biblia nos cuenta que el dios Jehová se comunicaba con los suyos? No será que somos los seres humanos los sanguinarios que por egoísmo y maldad y querer dominio del mundo nos inventamos que los dioses piden ofrendas de animales y humanas para concedernos cosas?