Se lo considera el jefe supremo de los arcontes, demonios hermafroditas que son los gobernantes del Reino de la Oscuridad. Se dice que Abraxas está por encima de todo, incluso de Dios y del Diablo, y que contiene en él todas las dualidades: el Bien y el Mal, luz y oscuridad, creación y destrucción, belleza y horror, placer y dolor. Carl Jung dijo de él que es vida y muerte al mismo tiempo. Herman Hesse dijo que es el ser que reconcilia lo divino con lo satánico. Hoy conocemos sobre Abraxas, el demonio supremo.
Origen del nombre Abraxas
El nombre Abraxas proviene del griego. Sin embargo, el nombre original era Abrasax, como se puede ver en diversos amuletos y talismanes antiguos, donde era escrito Αβρασαξ. Autores griegos como Hipólito de Roma, Epifanio de Salamina, Dídimo el Ciego, Teodoreto de Ciro y Agustín de Hipona también lo escribieron Abrasax.
En el griego antiguo, cada una de las letras del nombre tiene un valor numérico, y las letras de Abraxas o Abrasax suman 365. Los gnósticos consideraban que esto no era una coincidencia, sino que tiene significado místico, ya que Abraxas gobierna el todo: los 365 días del año y los 365 cielos o círculos de la creación. La cantidad de letras del nombre también la consideraban simbólica: las 7 letras representan los 7 planetas clásicos.
Hay quienes sostienen que del nombre de este demonio proviene la palabra mágica «Abracadabra», pero es sólo una teoría y no existe evidencia de esto, más que la semejanza entre ambas palabras.
Sobre Abraxas
Abraxas es uno de los demonios más misteriosos, porque no es mucho lo que se sabe de él. Como muchos otros demonios, era originalmente un dios de la antigüedad. Era reverenciado por la secta gnóstica de los basilideanos durante el siglo II. Los basilideanos eran, como su nombre lo indica, los seguidores de Basílides, un erudito de la ciudad de Alejandría, Egipto, quien consideraba a Abraxas el Padre Supremo. Según él, Yavé es el dios de tan sólo uno de los 365 cielos, por lo tanto, para ellos, Abraxas rige por encima de él y de Satán.
Epifanio de Salamina, seguidor de Basílides, llamó a Abraxas «el poder por encima de todo, el Primer Principio», y «la primera causa y arquetipo» del todo. Su status supremo y su lejanía en relación a los mortales es lo que hace a Abraxas distante, misterioso y difícil de comprender. Abraxas no es sólo un dios: es el dios por encima de los dioses, el Dios Supremo. Y, a diferencia de otros dioses, no se opone a nada, porque es el todo. Por eso es un Dios/Demonio.
En su libro Historia de Satán, Auguste Lecanu afirma que Abraxas tiene «el poder de hacer que los torrentes más impetuosos retrocedan a su origen, de calmar de repente las olas embravecidas del mar, de detener instantáneamente las tormentas más feroces, de extinguir la luz del día, de velar el rostro de la estrella nocturna, de hacer que las estrellas del firmamento caigan, de impedir el amanecer o el fin de la noche, de derrumbar la bóveda del cielo, ablandar la tierra, petrificar las fuentes, licuar las montañas, revivir los cadáveres, arrojar a los dioses al inframundo y transferir desde la morada de los vivos a la morada de los muertos la luz que ilumina el mundo».
En el Diccionario Infernal
En el Diccionario Infernal de Collin de Plancy (traducción española de 1842), Abraxas aparece bajo el nombre Abracax. Aquí reproducimos el pasaje que habla de él:
ABRACAX ó ABRAXAS: Los basilidios, herejes del siglo segundo, pretendían que J.C. era una fantasma enviada sobre la tierra por Abracax, haciendo de este Abracax el Dios supremo. Creían que este hombre encerraba grandes misterios, pues las siete letras que forman este nombre forman también en griego el número 365 que es justamente el de los días del año. Decían que este dios tenía a su dominio muchos genios que presidían en los tres cientos sesenta y cinco cielos, y a los cuales les atribuían tres cientas sesenta y cinco virtudes, una para cada día. Los mitológicos cuentan a Abracax en el número de las divinidades egipcias, y los demonógrafos hacen de él un demonio que dice tiene la cabeza de rey y en vez de pies tiene dos serpientes. Lo representan sobre antiguos amuletos y con un látigo en la mano. Casi no hay duda de que su nombre se ha sacado la idea del jeroglífico Abracadabra.
Abraxas según Carl Jung
El renombrado psicoanalista Carl Jung dedicó varios párrafos a Abraxas en uno de sus textos más enigmáticos, titulado Siete sermones a los muertos. Es una de las descripciones más interesantes que se han hecho de este demonio. Aquí reproducimos algunos extractos:
Este es un dios que no conocíais, porque la humanidad lo olvidó. Lo llamamos por su nombre, Abraxas.
Abraxas se alza por encima del sol y por encima del diablo.
Difícil de conocer es la deidad Abraxas. Su poder es el mayor, porque el hombre no lo percibe.
Abraxas es el sol, y al mismo tiempo la garganta eternamente succionadora del vacío, el diablo que empequeñece y desmembra. El poder de Abraxas es dual; pero no lo veis, porque para vuestros ojos los opuestos en guerra de este poder están extinguidos. Lo que el dios-sol habla es vida. Lo que el diablo habla es muerte. Pero Abraxas habla esa palabra sagrada y maldita que es vida y muerte al mismo tiempo. Abraxas engendra la verdad y la mentira, el bien y el mal, la luz y la oscuridad, en la misma palabra y en el mismo acto. Por eso, Abraxas es terrible.
Abraxas según Hermann Hesse
El demonio Abraxas tiene un rol destacado en la novela Demian (1919), del famoso novelista suizo-alemán Hermann Hesse. Aquí reproducimos algunos fragmentos que lo mencionan:
El pájaro intenta salir del huevo. (…) El huevo es el mundo. Quienquiera nacer debe primero destruir un mundo. El pájaro está volando hacia Dios. El nombre del Dios es Abraxas.
Este nombre [Abraxas] fue mencionado en relación a fórmulas mágicas griegas y era generalmente considerado el nombre de algún espíritu maligno en que creen algunas tribus salvajes incluso hoy en día. Parece, sin embargo, que Abraxas tiene un significado mucho más profundo. Podemos pensarlo como la deidad que simboliza la reconciliación entre lo divino y lo satánico.
En esa ocasión, Demian había dicho que, en efecto, teníamos un dios al que honrábamos, pero que él representaba solo una mitad del mundo separada intencionadamente, es decir, el «mundo de la luz» oficial y autorizado. Pero deberíamos ser capaces de honrar al mundo entero y, por lo tanto, deberíamos tener un dios que también fuera demonio o, junto al culto de Dios, deberíamos instituir un culto al Diablo. Así teníamos a Abraxas, el dios que era tanto Dios como Diablo.
Estaba invocando a Abraxas mismo. Éxtasis y horror, mezcla de hombre y mujer, lo más sagrado y lo más profano entrelazados, la culpa más profunda palpitando en la más tierna inocencia: así era mi fantasía de amor, así era Abraxas.
Nuestro dios, mi querido Sinclair, se llama Abraxas y es tanto dios como diablo; contiene en sí mismo el mundo de la luz y el mundo de la oscuridad.
La apariencia de Abraxas
A Abraxas se lo ha mostrado de diversas formas. Su imagen aparece en amuletos, talismanes y gemas antiguas, donde generalmente lo vemos con características tanto de humano como de animal, otro aspecto de las muchas dualidades que encarna.
Una característica que siempre tiene es la de ser un anguípedo, es decir, una criatura con piernas en forma de serpientes. A veces se lo representa con cabeza de rey, pero su forma más común es la que combina cabeza de gallo y piernas de serpiente. Suele sostener un látigo en su mano.
El escritor inglés Charles William King aduce que Abrasax tiene cabeza de ave y piernas de serpiente para representar que este ser comprende la dualidad entre aire y tierra, o entre el mundo divino y el material.
Muchas gracias por esta información. La verdad, desconocía de este Dios/demonio. Me gustó su mitología y todo lo que representa.
Súper interesante artículo. Gracias 🤘🏼