¿Fue Aleister Crowley un satanista?

Aleister Crowley es una de las personalidades más asociadas a la práctica del Satanismo. Lo curioso es que existen debates acerca de si fue realmente un satanista.

Aleister Crowley

Aleister Crowley es uno de los personajes más renombrados del ocultismo, y se lo asocia también mucho al Satanismo. Pero ¿fue Crowley realmente un satanista? Para dar respuesta a esta pregunta necesitamos conocer algo de su vida y obras.

Biografía

Aleister Crowley nació en 1875 en Leamington Spa, Inglaterra. Su nombre original era Edward Alexander Crowley, que luego cambió por Aleister en la adolescencia. Su padre era evangelista, pero Crowley desde su juventud mostró aversión al Cristianismo. Amante de los libros y en especial de Richard Francis Burton y Percey Shelley, se decidió por estudiar literatura inglesa en la Universidad de Cambridge.

En la universidad Crowley se dedicó a jugar ajedrez y era tan bueno en ello que ganó cierta reputación y comenzó a considerar la posibilidad de convertirse en ajedrecista profesional. Pero además dedicaba su tiempo a mantener relaciones con mujeres, mayormente prostitutas. Durante esta etapa de su vida también comenzó a experimentar relaciones con hombres, que en esa época era ilegal.

Una noche de 1896, a medianoche, Crowley tuvo su primera experiencia mística, que marcaría el resto de su vida. Según sus propias palabras, sintió «el más puro y sagrado éxtasis espiritual que existe». Tenía 21 años.

El Libro de la Ley

A su primera experiencia mística le siguieron otras, de las cuales la más famosa es una ocurrida en 1904 con su mujer Edith Rose durante una estadía en El Cairo, Egipto. Crowley manifiesta haber escuchado la voz de un ángel de nombre Aiwass, que se presentó como el mensajero de Horus. Crowley anotó todo lo que Aiwass le dijo durante tres días, y de esas notas resultó Liber AL vel Legis o El Libro de la Ley, una de sus obras más conocidas. En este libro Crowley escribe su famosa frase «Haz tu voluntad» y enseña a perseguir la Verdadera Voluntad a través de la práctica de la magia. El Libro de la Ley sirvió de texto fundamental para su nueva religión Thelema.

Aleister Crowley

Thelema

El nombre de la nueva religión de Crowley procede de la palabra griega θέλημα, que significa voluntad, deseo o propósito. El precepto moral fundamental de Thelema es «Haz tu voluntad, esa es toda la Ley», máxima que sintetiza la idea de que la gente, bajo esta nueva moral, comenzará a vivir en contacto con sus propios deseos.

Crowley creía en la existencia real de la magia, y la llamaba «magick», basándose en una forma antigua de escribir la palabra. En la que es quizá su obra más importante, Magick en teoría y práctica (Magick in Theory and Practice) explica que magick es «la Ciencia y el Arte de producir cambios en conformidad con la Voluntad». Crowley vio a la magia como una tercera vía entre la religión y la ciencia. Estas ideas sobre la magia sin duda inspiraron a Anton LaVey para su visión de la magia satánica.

La sexualidad cumplía un papel importante en la práctica de magick, de hecho se puede decir que central. Crowley categorizó tres formas de magick sexual: autoerótica, homosexual y heterosexual. Para Crowley, el sexo era un sacramento, y los fluídos sexuales, eucaristía.

¿En qué sentido Crowley no fue un satanista?

Crowley nunca se definió a sí mismo como satanista, y rechazó el término. Su religión claramente no fue el Satanismo, sino la suya propia, llamada Thelema. Además, Crowley decía no creer en la visión cristiana del mundo ni en la existencia de Satán. En Magick Libro 4, dice «El Diablo no existe (…) El Diablo es, históricamente, el dios de cualquier persona por la que uno personalmente siente desagrado».

Ante este panorama, puede resultar extraño que se lo identifique con el Satanismo, pero lo cierto es que las ideas de Crowley muchas veces eran confusas o contradictorias, y ahora veremos por qué existen tantas razones para decir que no lo era como para decir que lo era.

¿En qué sentido Crowley sí fue un satanista?

Tanto durante su vida como luego de su muerte, Aleister Crowley fue descripto como satanista, generalmente por sus críticos. Esto puede atribuirse a mero prejuicio, pero Crowley parecía promover esta imagen, porque usó imágenes y símbolos satánicos, aunque no fuese más que para provocar. Por ejemplo, se llamaba a sí mismo «La Bestia 666», en ocasiones en sus libros identificó a Aiwass como Satán, llamándolo «Nuestro Señor Dios el Diablo», y en sus textos también mencionó a la Puta de Babilonia.

Además, Crowley manifestaba una atracción especial hacia Baphomet, a quien consideraba el emblema de Satán y definió como «el Andrógino que es el jeroglífico de la perfección arcana». También lo describió como «Vida y Amor». Crowley no admitía la existencia de Satán como enemigo, pero sí en la forma de Baphomet, como símbolo de unión de opuestos.

A pesar de que Crowley nunca se definió a sí mismo como satanista, lo cierto es que sólo le faltó el nombre, porque casi todos los elementos estaban allí: la existencia de una nueva moral centrada en el individuo y sus propios impulsos, el rechazo y burla hacia el Cristianismo, la práctica de la magia sexual, incluso el uso de símbolos vinculados a Satán. Se podría decir que fue quien más se acercó a ser un satanista sin serlo, y dejó todo preparado para que Anton LaVey diera el siguiente paso lógico y fundara la Church of Satan. De hecho, se podría argumentar que algunos de los elementos fundamentales y más originales del Satanismo simbólico o laveyano son en realidad una creación del excéntrico y genial Aleister Crowley.

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