Le rendían culto los moabitas, a quienes corrompía y depravaba. Como demonio de la pereza, promueve el desgano, la desidia y la procastinación. También ofrece la posibilidad de volverse rico sin trabajar, gracias a sus inventos. Se dice que debe ser adorado en el inodoro, y que deben dársele excrementos como ofrenda. Con ustedes, el demonio Belfegor.
Dios de los moabitas
Como muchos de los demonios, Belfegor era originalmente un dios de la antigüedad. Era adorado por la tribu de los moabitas. Los moabitas provienen de Moab, el primero de los dos hijos que Lot tuvo incestuosamente con sus dos hijas, luego de la destrucción de Sodoma y Gomorra.
La adoración de Belfegor por parte de los moabitas aparece mencionada tanto en la Torá como en la Biblia cristiana, en particular en Números 25:3, el Salmo 106, Oseas 9:10 y Deuteronomio 4:3. Todas las menciones aluden al mismo evento: se cuenta que los hebreos guiados por Moisés hicieron una parada en Moab durante su marcha hacia la tierra de Canaán, dejándose llevar al desenfreno de las mujeres locales. Se entregaron a ellas y al culto de Belfegor, enfureciendo a Dios. En la mayor parte de las traducciones no aparece mencionado Belfegor por nombre, sino que aparece como «Baal-peor» o «Baal del Peor»:
Moraba Israel en Sitim; y el pueblo empezó a fornicar con las hijas de Moab, las cuales invitaban al pueblo a los sacrificios de sus dioses; y el pueblo comió, y se inclinó a sus dioses. Así acudió el pueblo a Baal-peor; y el furor de Jehová se encendió contra Israel. (Números 25:3)
Se unieron asimismo a Baal-peor, y comieron los sacrificios de los muertos. (Salmo 106:28)
Ellos acudieron a Baal-peor, se apartaron para vergüenza, y se hicieron abominables como aquello que amaron. (Oseas 9:10)
Vuestros ojos vieron lo que hizo Jehová con motivo de Baal-peor; que a todo hombre que fue en pos de Baal-peor destruyó Jehová tu Dios de en medio de ti. (Deuteronomio 4:3)
Peor es el nombre de un monte donde se le rendía culto a Belfegor. «Baal-peor» o «Baal del Peor» significaba simplemente «el Señor del monte Peor». La ubicación del monte se desconoce en la actualidad.
Demonio de la Pereza
Belfegor es considerado el demonio de la pereza. Esta identificación procede del libro Tratado sobre las confesiones de malhechores y brujas (1589), del teólogo alemán Peter Binsfeld. Binsfeld confeccionó una lista de 7 demonios que representan los 7 Pecados Capitales. Es interesante notar que en una obra previa, titulada La Linterna de Luz (1409-1410), Belfegor no aparece como el demonio de la pereza sino como el de la gula. La clasificación de Binsfeld, sin embargo, es la que más ha influido en autores posteriores.
El número primo de Belfegor
El número 1.000.000.000.000.066.600.000.000.000.001 es un número que se conoce como el primo de Belfegor. Consiste en un número 1, seguido por 13 ceros, el número 666, 13 ceros más y finalmente un 1. Este número tiene varias propiedades: es un capicúa, es decir que se lee igual del derecho y del revés, y es un número primo, es decir que es divisible sólo por 1 y por sí mismo. Además, como tiene 13 ceros de cada lado y 31 cifras en total, ha sido asociado a las supersticiones que rodean al número 13.
El primo de Belfegor fue descubierto por el matemático Harvey Dubner. Dubner también descubrió que otros números primos podían ser encontrados alterando la cantidad de ceros en la secuencia. Por ejemplo, el número 16.661, sin ceros, también es un número primo. Y se obtienen más números primos colocando 42, 506, 608, 2472 y 2623 ceros de cada lado.
Aunque Duber fue quien descubrió el número, el matemático Clifford A. Pickover fue quien lo bautizó como el primo de Belfegor. Pickover recomienda no mirar al número por periodos largos: dice que es preferible mirar hacia un costado y respirar hondo de tanto en tanto.
Belfegor en la literatura
A pesar de no ser un demonio de los más famosos, Belfegor ha hecho numerosas apariciones en la literatura. Estas son algunas de las menciones más notables.
En El Paraíso Perdido
En El Paraíso Perdido (1667) de John Milton, Belfegor es mencionado junto a otros demonios. No aparece bajo el nombre Belfegor, sino como Camós (en algunas traducciones Quemos) y Péor:
A Moloch seguía Chamós, obsceno numen de los hijos de Moab, desde Aroax hasta Nebo y el desierto más meridional de Abarim; en Hesebón y Horonaim, reino de Seón, allende el floreciente valle de Sibma, tapizado de frondosas vides, y en Elealé, hasta el Asfaltite. Llamábase también Péor, cuando en Sittim incitó a los israelitas que bajaban por el Nilo a que le hicieran lúbricas oblaciones, que tantas calamidades les produjeron. De allí propagó sus lascivas orgías hasta el monte del Escándalo, cercano al bosque del homicida Moloch, donde se unieron la disolución y el odio, hasta que el piadoso Josías los desterró al infierno.
Esto se debe a que Belfegor es algunas veces identificado con el dios moabita Quemos. Como se pueden ver, en este fragmento Milton refiere a la leyenda bíblica que antes mencionamos.
El archidiablo Belfegor
«Tengo la intención de mostrarte a ti y al mundo entero cómo puedo darle y quitarle cualquier cosa a cualquiera, por voluntad propia» – Belfegor
El archidiablo Belfegor (Belfagor arcidiavolo) es una novela breve del famoso estadista Nicolás Maquiavelo, publicada en 1549. A pesar de llamarse novela, es un texto muy breve, y más bien parece una fábula o cuento humorístico. La obra relata que, en el Infierno, los demonios escuchan que muchos de los condenados se quejan de que el único pecado que han cometido fue el de casarse. Entonces Plutón (uno de los nombres de Satán) decide enviar a un demonio a la tierra para vivir como un hombre, casarse y regresar para reportar sobre la vida matrimonial. Ninguno de los demonios quiere ofrecerse como voluntario, así que Plutón hace un sorteo en el cual es elegido Belfegor, quien acepta a regañadientes, con la condición de ser enviado con una gran fortuna.
Belfegor llega a la tierra en forma de humano, y allí se presenta como un hombre adinerado. Se enamora de una bella mujer llamada Onesta y se casan, pero con el tiempo Belfegor descubre que su esposa no sólo lo maltrata psicológicamente, sino que derrocha toda su fortuna, endeudándolo. Luego de varias aventuras, Belfegor decide regresar al Infierno en lugar de pasar más tiempo con su mujer, a la que teme más que a Lucifer.
La novela de Maquiavelo inspiró una fábula de La Fontaine titulada Belfegor, y una ópera llamada Belfagor de 1923, por Ottorino Respighi.
La novela Belfegor
Otra obra literaria influyente en la que Belfegor tiene un rol destacado es la novela francesa titulada justamente así, Belfegor (1927), de Arthur Bernède. Es una novela de misterio, y fue tan exitosa que inspiró muchas adaptaciones: una película en 1927, una miniserie en 1965, un cómic también en 1965, una nueva película en 2001, y y una serie animada en 2001.
La historia de la novela trata sobre un fantasma que ronda el Museo del Louvre en París. No aparece el demonio Belfegor en sí mismo como personaje, pero tiene un papel central en el misterio una escultura de «Belfegor, dios de los moabitas», ubicada en el mismo museo.
En el Diccionario Infernal
Hay una breve entrada sobre Belfegor en el Diccionario Infernal (1818) de Collin de Plancy. Curiosamente, no aparece descripto como el demonio de la pereza, y la pereza no aparece siquiera mencionada. Traducido del francés al español, el texto dice lo siguiente:
Belfegor, demonio de los descubrimientos y de las invenciones ingeniosas. A menudo toma el cuerpo de una joven. Otorga riquezas. Los moabitas, que lo llamaban Baalfegor, lo adoraban en el monte Peor. Algunos rabinos dicen que se le rendía culto en la letrina y que se le ofrecía el ignominioso residuo de la digestión. Era digno de él. Por eso algunos eruditos no ven en Belfegor más que al dios Pet o Crepitus; otros sabios afirman que es Príapo. — Selden, citado por Banier, sostiene que se le ofrecían víctimas humanas, de las cuales sus sacerdotes comían la carne. Wierus observa que es un demonio que siempre tiene la boca abierta; observación que sin duda debe al nombre de Peor, el cual significa, según Leloyer, grieta o hendidura, porque a veces se le adoraba en cavernas y se le arrojaban ofrendas por una abertura.
Cabe aclarar que Crepitus es el dios romano de las flatulencias, mientras que Príapo es el dios griego de la fertilidad, y tiene un miembro de gran tamaño. El texto viene acompañado por una ilustración que muestra a Belfegor sentado en un inodoro. La reproducimos a continuación.