Gog y Magog son dos poderosos demonios gigantes, reyes de las Naciones Inmundas, caníbales y súbditos de Satán, de los cuales se profetiza que arrasarán la tierra a su lado antes del Fin del Mundo. Aparecen mencionados tanto en la Biblia cristiana, como en la Biblia hebrea y el Corán, y existen diversas leyendas sobre ellos.
Origen de Gog y Magog
Según cuentan las leyendas, el Emperador Dioclesiano tuvo 33 hijas perversas, y les encontró 33 esposos de buena moral para que cambiaran sus vidas para bien. Sin embargo, ellas, al mando de la mayor, llamada Alba, asesinaron a sus esposos. Como castigo, fueron exiliadas a una isla a la que llamaron Albion en honor a Alba. Esa isla es hoy Gran Bretaña.
Las 33 hermanas perversas allí fornicaron con demonios y engendraron una raza de gigantes. Con el tiempo, la mayoría de esos gigantes murieron, siendo Gog y Magog los últimos dos que sobrevivieron. Como son hijos de demonios y humanos, Gog y Magog no son técnicamente demonios, sino cambiones.
En el Apocalipsis
Y cuando los mil años fueren cumplidos, Satanás será liberado de su prisión, y saldrá para engañar las naciones que están sobre los cuatro ángulos de la tierra; a Gog y a Magog, a fin de congregarlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar.
Apocalipsis, 20:7-8
En el Libro del Apocalipsis, se profetiza que, una vez que Satán sea liberado de su prisión en el Infierno, convocará a Gog y Magog para arrasar la tierra y enfrentarse al ejército de Dios. De aquí se desprende que estos demonios son probablemente dos de sus súbditos más poderosos.
Hasta entonces y según varias leyendas antiguas, Gog y Magog están encerrados en el desfiladero entre dos montañas, sellado por un enorme portal. Se dice que Alejandro Magno es quien logró atraparlos allí, y que él mismo escribió sobre el portal una profecía que indica la fecha exacta en que estos dos demonios se liberarán de su prisión y subyugarán al mundo.
En varios textos proféticos se afirma que Gog y Magog, al final de los tiempos, participarán en las persecuciones encabezadas por el Anticristo. El teólogo Joaquín de Fiore incluso sostiene que Gog es el «Anticristo final».
Guardianes de la ciudad de Londres
Gog y Magog son considerados los guardianes de la ciudad de Londres, Inglaterra. Existen dos estatuas de ellos en el edificio Guildhall, donde funciona el gobierno de la ciudad. Además, cada año, el día 2 de noviembre, dos figuras enormes de ellos son transportadas por la ciudad, en un desfile que se conoce como el «show del alcalde de Londres».
Esculturas de Gog y Magog han existido en Londres desde los tiempos del rey Enrique V (1386-1422). Las primeras dos figuras que los representaban fueron destruidas durante el Gran Incendio de 1666.
Según la leyenda que vincula a estos demonios a la ciudad, Gog y Magog eran los únicos dos supervivientes de una raza de gigantes que había sido aniquilada por Bruto de Troya. Luego de que esto sucediera, los dos gigantes fueron llevados a Londres para oficiar de guardianes en la entrada del palacio real.
Gog y Magog en el Diccionario Infernal
El Diccionario Infernal de Colin de Plancy (versión francesa de 1863), incluye definiciones tanto de Gog como de Magog. Aquí reproducimos ambas, traducidas al español:
Gog: rey de Basán. Gog, según los rabinos, era uno de esos gigantes que vivieron antes del diluvio. Se salvó subiendo al techo del arca donde estaban Noé y sus hijos. Era tan pesado que tuvieron que poner al rinoceronte afuera, el cual siguió el arca nadando. Sin embargo, Noé le proporcionó comida a Gog, no por compasión, sino para mostrar a los hombres que vendrían después del diluvio el poder de Dios, quien había exterminado a semejantes monstruos. Los gigantes vivían mucho tiempo. Gog todavía existía cuando los israelitas, bajo el liderazgo de Moisés, acamparon en el desierto. El rey de Basán les hizo la guerra. Queriendo destruir el campamento de Israel de un solo golpe, levantó una montaña de seis mil pasos de ancho, con la que pretendía aplastar al ejército de Moisés. Pero Dios permitió que unas hormigas perforaran la montaña en el punto donde descansaba sobre la cabeza del gigante, de modo que cayó sobre su cuello como un collar. Luego, sus dientes, habiendo crecido de manera extraordinaria, se hundieron en la roca e impidieron que se la quitara. Moisés entonces lo mató, pero no sin dificultad; porque el rey Gog era de una estatura tan enorme que Moisés, quien medía seis codos de altura, tomó un hacha de la misma altura, y aún tuvo que saltar seis codos para alcanzar el tobillo de Gog y golpearlo.
Magog: Schrader, en su léxico escandinavo, hace al gigante Magog el jefe de los antiguos escitas, el inventor de las runas, un tipo de jeroglífico o carácter utilizado por los pueblos del norte, cuyo uso en Europa precedió al de las letras griegas. Véase Gog.
Gogmagog
En algunas historias, los nombres de Gog y Magog son combinados en uno solo, y se los considera un único ser, el último de los gigantes que habitaba la tierra de Albion. Las historias en torno a Gogmagog lo describen como un «monstruo detestable» de 5 metros y medio de altura, y de una fuerza tal que era capaz de arrancar un árbol de raíz con facilidad.
Otras interpretaciones, aunque menos populares, consideran a Gog un individuo y a Magog la tierra de donde procede, de modo que no serían «Gog y Magog», sino «Gog de Magog». Esta perspectiva procede de Ezequiel 38:
Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, pon tu rostro contra Gog en tierra de Magog, príncipe soberano de Mesec y Tubal, y profetiza contra él (…)
