Un aquelarre o sabbath (a veces escrito sabbat) es una reunión nocturna de brujas, en la cual se entregan a placeres varios y realizan rituales satánicos. Los aquelarres están generalmente presididos por Satán en la forma de un macho cabrío. Hay varias obras que cuentan en detalle las actividades de los aquelarres. Aquí mencionaremos algunas de ellas.
Reuniones de brujos
El Diccionario Infernal (1818) de Collin de Plancy dedica a los aquelarres uno de sus artículos más extensos y detallados. Allí se lo define de la siguiente manera:
Sabbat: Es la asamblea de demonios, brujos y brujas en sus orgías nocturnas. Aquí debemos dar cuenta de las relaciones de los demonómanos sobre este tema. En el sabbat, dicen ellos, se dedican a hacer o meditar el mal, a sembrar temores y espantos, a preparar maleficios y realizar misterios abominables. El sabbat se lleva a cabo en una encrucijada o en algún lugar desolado y salvaje, cerca de un lago, un estanque o un pantano, porque allí se producen granizadas y se fabrican tormentas.
El lugar que sirve para esta reunión recibe tal maldición que no puede crecer ni hierba ni ninguna otra cosa. Strozzi dice haber visto alrededor de un castaño, en un campo del territorio de Vicenza, un círculo cuya tierra era tan árida como las arenas de Libia, porque los brujos y brujas bailaban y celebraban el sabbat allí. Las noches habituales de convocatoria para el sabbat son las de miércoles a jueves y de viernes a sábado. A veces, el sabbat se celebra al mediodía, pero eso es muy raro. Los brujos y brujas llevan una marca que les es impresa por el diablo.
En su tratado Demonología (1597), el Rey Jacobo I de Inglaterra explica que así como los siervos de Dios se congregan, lo mismo hacen los seguidores de Satán, pero en secreto y por la noche. Y esas reuniones son los aquelarres. Para asistir a un aquelarre hay que llevar la marca del Diablo, comúnmente conocida como la Marca de la Bestia. En palabras del Rey Jacobo I:
Al igual que nadie se congrega para la adoración y veneración de Dios si no está marcado con su sello, el Sacramento del Bautismo, nadie sirve a Satanás y se congrega para adorarlo sin llevar esa marca.
Danzas y orgía
Uno de los libros que más se explaya sobre el tema de los aquelarres y lo que ocurre en ellos es La Sinagoga de Satán (1897), de Stanisław Przybyszewski. De hecho, el propio título de la obra alude a los aquelarres. Según Przybyszewski, los sabbaths tienen una etapa preparatoria, primero de danzas y luego orgía. A la orgía la describe de la siguiente manera:
La danza se desvanece, las personas se arrojan unas sobre otras, hombres y mujeres sin distinción, el padre sobre la hija, el hermano sobre la hermana, hombre sobre hombre, toda la reunión se revuelca en las más viles y antinaturales prácticas sexuales, como perros yacen inmóviles, convulsionándose unos sobre otros, y en el horrendo gemido de la copulación inhumana se mezcla el rugido ronco: «¡Har! ¡Har!»
En algunos casos, los asistentes usan disfraces o llevan máscaras para proteger su identidad.
Durante los aquelarres, brujas y brujos no sólo tienen relaciones entre sí, sino que también se entregan al pecado de la demonialidad, es decir, el sexo con demonios. Esto es explicado en detalle por Sinistrari de Ameno en su tratado dedicado al tema, Demonialidad: Íncubos y Súcubos. Allí refiere que en los aquelarres están presentes demonios masculinos, llamados íncubos, y demonios femeninos, llamados súcubos. Y brujas y brujos tienen relaciones con ellos:
(…) sucede que las Brujas están presentes en cuerpo en las vigilias nocturnas y tienen con el Demonio una conexión carnal y corporal, y que del mismo modo los Brujos copulan con el Súcubo o Demonio femenino.
Cabe aclarar que se creía que los demonios íncubos y súcubos solían tener relaciones con gente común, a menudo por la fuerza. Pero cuando lo hacían en los aquelarres sólo lo hacían con brujos y brujas pactados, y de común acuerdo.
En su libro Demonolatría (1595), Nicolás Rémy cuenta que con los íncubos esta actividad es muy dolorosa, ya que tienen miembros excesivamente grandes y duros. A menudo se produce sangrado. Un caso que menciona Rémy en el libro es el de Jeannette d’Abadie, una bruja de dieciséis años, quien contó haber tenido relaciones con Satán, y que el dolor era extremo ya el miembro estaba «hecho de escamas».
Pactos en los aquelarres
Luego del baile y la orgía, se da comienzo al verdadero sabbath, para el cual se hace presente Satán. Przybyszewski lo describe de la siguiente manera:
Satán aparece. Preferentemente se viste con la forma de un macho cabrío, pero a menudo se le ve con forma humana. Parece sentado en un trono, tiene algo similar a un rostro humano, pero todo está difuso como velado por la niebla. Rara vez se le puede ver claramente.
Una de las actividades más importantes una vez que se hace presente Satán son los Pactos, por el cual ingresan nuevos miembros al aquelarre. El libro que relata en más detalle los 11 pasos del Pacto con Satán que se realiza en los sabbaths es el Compendium Maleficarum (1608), de Francesco Maria Guazzo. Este tratado, uno de los más extensos sobre brujería, no sólo relata todos los pasos sino que también incluye ilustraciones.
No describiremos aquí la totalidad del proceso ya que sería largo, pero para dar una idea general el Pacto consiste en primero renunciar a la fe cristiana (apostasía), luego jurar fidelidad a Satán, recibir el bautismo satánico, entregarse carnalmente a un demonio, presentar una ofrenda a Satán, y recibir la Marca de la Bestia.
Una escuela del Mal
En su libro Historia de Satán (1861), Lecanu le dedica todo un capítulo a los aquelarres, describiendo en gran detalle todo lo que allí acontecía. Allí afirma que antes de los bailes y los Pactos existía un paso previo, ya que «Los aquelarres no eran solo un caldo de cultivo de depravación, sino también una escuela para aprender todo tipo de crímenes».
Por ejemplo, durante los aquelarres se aprendía a hacer el «polvo del Diablo», un potente veneno, así como también diversas drogas y pócimas. Allí también «se alentaba la venganza, el envenenamiento de humanos o animales, el crimen y el vicio, independientemente de su naturaleza».
El sabbat según Jules Bois
Una de las descripciones más bellas y pormenorizadas de todo lo que ocurre en los aquelarres la brinda Jules Bois en su libro El Satanismo y la Magia. Si bien no podemos aquí reproducir la totalidad de su texto, ya que dedica varios capítulos al tema, como ejemplo vale compartir su definición de sabbat, que es una de las más hermosas que se han leído:
El Sabbat es la embriaguez colectiva de los instintos, el desencadenamiento de las babas, la tortura jadeante y alegre de la carne.
Jules Bois tenía una perspectiva muy particular del Satanismo. Para él, el lugar central en el Satanismo lo tenía la mujer, como bruja, demonio súcubo y diosa. Incluso define al sabbat como el «primer club feminista»:
Naturalmente, las mujeres debían acudir en masa; los demonógrafos y los inquisidores se extenúan intentando comprender la razón. Pero, ¿qué hay más sencillo? Eva está hecha para la sensualidad o para el éxtasis. El sabbat le ofrecía ambas cosas, al alcance de la mano, de forma exuberante, sin ascetismo. Ella aprovechaba para predicar su doctrina en la asamblea, para defender sus intereses particulares. El sabbat fue, en suma, el primero de los clubes feministas.
Otro aspecto interesante de la perspectiva de este autor es que considera a las misas negras la evolución del aquelarre. Según él, los aquelarres pasaron de ser practicados al aire libre a convertirse en reuniones dentro de iglesias, dando origen a la misa negra.
Quiero asistir a un aquelarre!
Después de leer que es un aquelarre tengo muchas ganas de asistir a uno