Príncipe de demonios, ángel de la muerte, padre de Caín, y amante del demonio Lilith. Se le llama acusador, seductor y destructor. De él se dice que comanda a todos los demonios, que causó la caída de Adán y Eva, y que su nombre no debe ser pronunciado en alto, para evitar llamar su atención. En esta oportunidad aprendemos sobre el demonio Samael, el Veneno de Dios.
Historia
La primera mención que se conoce de Samael procede del Libro de Enoch, un texto cuyos fragmentos más antiguos proceden de 300 años antes de Cristo. Según esta obra, es uno de varios ángeles caídos que se rebelaron ante Dios y descendieron a la tierra para fornicar con mujeres humanas, dando origen a una progenie corrupta. Samael aparece también en el Segundo Libro de Enoch, que se cree fue escrito en el siglo I. Allí se le describe como Príncipe de Demonios y hechicero.
Otra fuente sobre este demonio, quizá la más importante, es el Tratado de la Emanación Izquierda del rabí Isaac ha-Kohen, donde se habla de él en estos términos:
El primer príncipe y acusador, el comandante de la envidia, es el malvado Samael, acompañado de su séquito. Es llamado malvado no a causa de su naturaleza, sino porque desea unirse y entremezclarse íntimamente con una emanación que no es de su naturaleza.
Samael es un demonio tan importante y tan identificado con las fuerzas oscuras que se le llama el Gran Demonio y suele confundírselo con Satán o el Diablo. De hecho, hay quienes le consideran el Diablo del Judaísmo.
Las leyendas sobre él son variadas. No sólo fue uno de los primeros ángeles caídos que se rebelaron ante Dios, sino que también se dice que fue Samael quien causó la caída de Adán y Eva, y su consiguiente expulsión del Paraíso. Algunas historias relatan que Samael plantó el Árbol del Conocimiento. Otra leyenda dice que deseaba a Eva, y es él quien envió a la Serpiente que la tentó a comer del fruto prohibido.
La seducción no se limitó al fruto prohibido, sino que Samael tuvo también relaciones y procreó con Eva. En un midrash del siglo VIII, Pirqe de Rabbi Eliezer, se cuenta que Samael es el verdadero padre de Caín, y no Adán, lo cual explicaría la inclinación de Caín por el mal. Así, a pesar de ser gemelos, Abel y Caín serían hijos de distintos padres. En el texto se relata de la siguiente manera:
Él [Samael] vino a ella, y ella montó la Serpiente, y concibió a Caín. Luego, Adán vino a ella, y concibió a Abel, como ha sido dicho.
En el Diccionario Infernal (1818), Jacques Collin de Plancy describe a Samael de la siguiente manera:
Príncipe de los demonios, según los rabinos; él fue quien montado en una serpiente sedujo a Eva. Tiénenlo también por el ángel de la muerte al que representan ya con una espada, ya con un arco y flechas.
Samael como ángel
Aunque originalmente un ángel y uno de siete arcángeles, Samael no era precisamente angelical. De hecho el nombre Samael en hebreo es סַמָּאֵל, que significa «veneno de Dios», y era el jefe de una clase especial de ángeles conocidos como ángeles destructores. Eran nada menos que 2 millones, y su misión específica era la de destruir a los pecadores.
Una fuente al respecto son textos midráshicos, que le adjudican tendencias destructivas como sirviente de Dios. En el Éxodo Rabá, Samael es caracterizado como el acusador en la corte divina. Y en varias obras se lo describe como el «ángel de la muerte», y quien toma el alma de los hombres cuando mueren.
Incluso como ángel, Samael es descripto como hecho de fuego, con ojos fulgurantes. En el Gedulat Moshe se dice que su altura es tan grande que recorrerla tomaría una caminata de 500 años desde sus pies hasta la corona sobre su cabeza. Cuando Moisés le vio, rogó aterrado: «Sea tu voluntad, Dios mío y Dios de mis padres, que no me dejes caer en manos de este ángel».
El demonio Samael y Lilith
En el ya mencionado Tratado de la Emanación Izquierda, por primera vez se presenta a Samael como consorte del demonio Lilith, y se contrapone a esta pareja a Adán y Eva:
Samael, el gran príncipe y gran rey sobre todos los demonios, cohabita con la gran Matrona Lilith. (…) En esta tradición se aclara que Samael y Lilith nacieron como uno, en forma similar a Adán y Eva, que igualmente nacieron como uno solo, reflejando lo que está arriba.
Esta oposición puede verse claramente en las ilustraciones de los pentagramas normal e invertido que aparecen en el segundo libro de La Serpiente del Génesis, titulado La Llave de la Magia Negra (1897). Se trata de una obra del poeta y ocultista Stanislas de Guaita. El pentagrama normal lleva los nombres de Adán y Eva, y representa la prevalencia del espíritu sobre la carne. El pentagrama invertido, en cambio, representa la prevalencia de la carnalidad sobre el espíritu, e incluye los nombres de Samael y Lilith. Ellos representan las fuerzas masculina y femenina del Camino de la Mano Izquierda.
Así como existe una historia que relata que Samael sedujo y fornicó con Eva, existe otra leyenda que cuenta que Lilith hizo lo mismo con Adán. Tanto Samael como Lilith son, así, presentados como agentes de corrupción, que ocasionaron la caída de Adán y Eva, y por lo tanto de la humanidad entera.
Lilith no es la única pareja de Samael. De hecho, tiene cuatro. Las otras son Naamah, Agrat bat Mahlat y Eisheth Zenunim. Las cuatro son conocidas como los cuatro Ángeles de la Prostitución Sagrada. De la cópula entre Samael y ellas han nacido muchos demonios.
El Sigilo de Samael
El Sigilo de Samael puede encontrarse en el Grimorio de Armadel, una obra francesa del siglo XVII. El diseño tiene tres colores: verde, rojo y negro. En la misma obra se dice que este demonio enseña Magia, Nigromancia, Jurisprudencia y todas las Ciencias Ocultas.
Invocación a Samael
Una invocación a Samael puede encontrarse en el Manual de Múnich de Magia Demoníaca, un grimorio del siglo XV que contiene rituales y hechizos varios. Este grimorio también contiene indicaciones acerca de cuáles son los días y horas para invocarlo.
Excelente articulo.
Excelente, me encantó pero les tengo una anécdota, trataré de ser breve. Una vez fui a una conferencia sobre ángeles. Nos hicieron dibujar a nuestro ángel guardián o protector, luego nos concentramos para pedirle a dicho ángel de cada persona que nos revelara su nombre. A mí me vino el nombre Samel (no Samael), pero Samel suena como Samael y entonces el grupo me miró raro y me pidieron que me concentrara otra vez porque algo andaba mal según ellos. Yo me quedé con Samuel sin importarme lo que decían. Mi diosa es Hécate, y aunque no practico el satanismo me gusta estudiarlo y aprender sobre ese personaje del que tan mal hablan las Iglesias. Gracias por el artículo 🤘🏼
Practico meditaciones por la noche, después vienen los sueños lúcidos y/o premonitorios, bueno muchas veces he despertado con los nombres de Azrael y Samael, y si te contara los sueños donde me uno a rituales en iniciaciones de la mano izquierda.