Un demonio suele ser definido como una entidad sobrenatural maligna. La creencia en los demonios es una de las más antiguas de la humanidad: puede rastrearse incluso hasta la Edad de Piedra, y aparece en diversas religiones, incluyendo el Satanismo, el Cristianismo, el Judaísmo, el Sintoísmo, el Zoroastrismo, las mitologías de la antigüedad clásica, y muchas culturas alrededor del mundo. En este artículo explicaremos el origen, características y poderes de los demonios de acuerdo a la Demonología.
Origen de la palabra «demonio»
La palabra «demonio» es muy antigua. Proviene del latín «daemon» o «dæmon», que significa «espíritu». El término latino a su vez proviene del griego «daimōn» (δαίμων). Los demonios de la antigüedad griega no eran malvados; eran considerados espíritus guía o protectores. De hecho la palabra significaba «divino», «poder» y «destino». El gran filósofo griego Sócrates afirmaba que un demonio protector lo acompañaba, advirtiéndole cuando estaba por cometer algún error.
El término se remonta aún más atrás en el pasado, porque el «daimōn» griego deriva a su vez de la lengua protoindoeuropea, en la que «daimon» significaba «proveedor», en el sentido de que estos espíritus proveían fortunas o destinos.
De la palabra «demonio» derivan otras, como demonología (que significa estudio de los demonios), demonolatría (adoración de demonios), y demonialidad (sexo con demonios).
Definición
Entender la naturaleza y el poder de los demonios siempre ha sido una tarea sumamente desafiante.
Giovanni Lorenzo d’Anania, en Sobre la naturaleza de los demonios
Uno de los más interesantes y completos libros sobre el tema es Sobre la naturaleza de los demonios (1570), también conocido como De natura daemonum, su título original en latín. Es un tratado del teólogo italiano Giovanni Lorenzo d’Anania. Como su nombre lo indica, esta obra se adentra en el tema en profundidad, explicando todo lo relacionado con los demonios, incluyendo su origen, características, y poderes.
El objetivo de d’Anania al escribir este libro era el de reunir todos los conocimientos sobre estos espíritus que existían en su época, añadiendo también sus propias experiencias. Es uno de los textos más informativos sobre las creencias medievales en torno los demonios. Allí d’Anania los define como entidades incorpóreas, inmortales, de intelecto superior y, fundamentalmente, malvadas. Esta manera de entenderlos prevaleció durante la Edad Media y continúa en nuestros días en el imaginario moderno.
La explicación más común sobre el origen de los demonios es que se trata de ángeles caídos. Según la famosa leyenda, Lucifer, un ángel celestial, se rebeló contra Dios debido a su orgullo y ambición desmedidos, desafiando el orden divino. Esta rebelión llevó a una guerra en el cielo, donde Lucifer y sus seguidores fueron expulsados del Paraíso. Estos ángeles caídos se convirtieron en demonios, quienes desde entonces vagan por la oscuridad y tientan a la humanidad.
Sin embargo, muchos demonios cristianos tienen su origen en dioses o seres sobrenaturales de las creencias paganas, especialmente durante las primeras etapas de la cristianización en diversas regiones. A medida que el cristianismo se expandía, a menudo buscaba asimilar o reprimir las prácticas religiosas indígenas al demonizar y condenar a las deidades y espíritus adorados por poblaciones no cristianas.
Estas divinidades fueron transformadas en entidades malévolas. Así, el dios astado, que los romanos conocieron como Pan, se convirtió en Satán, con el fin de socavar y reemplazar los antiguos sistemas de creencias por la nueva fe cristiana. Este proceso de demonización permitía a la Iglesia cristiana establecer su dominio y consolidar su control teológico sobre los conversos paganos y sus tradiciones.
Poderes de los demonios
A los demonios se les suelen atribuir diversos poderes. Los más comunes son:
- Invisibilidad. Algunos demonólogos sostienen que los demonios son invisibles, otros, que tienen la capacidad de hacerse invisibles.
- Intangibilidad. Los demonios pueden volverse inmateriales, de manera tal que pueden atravesar paredes y objetos.
- Metamorfosis. Cuando los demonios se hacen visibles, pueden elegir bajo qué forma mostrarse. A veces son formas monstruosas, otras veces placenteras. Hay quienes creen que la forma monstruosa es la verdadera.
- Posesión. Los demonios pueden poseer a personas y animales, poniéndolos bajo su control.
- Conocimiento. Se atribuye a los demonios toda clase de conocimientos, en especial sobre lo oculto y las artes mágicas.
- Fertilidad. Hay quienes consideran que los demonios pueden procrear con humanos.
- Concesión de deseos. Pueden cumplir toda clase de deseos, brindando riqueza, amor, prosperidad, felicidad y más.
- Destrucción. Pueden causar enfermedad, muerte, y toda clase de calamidades sobre personas y propiedad.
Clasificaciones de Demonios
Existen muchas y variadas clasificaciones de demonios, dependiendo de la época y el autor. Aquí mencionaremos sólo algunas. Los antiguos griegos, por ejemplo, diferenciaban entre los demonios benévolos y los malignos. Los benévolos eran llamados «eudemonios» o «agatodemonios», mientras que los malignos eran «cacodemonios». Con el tiempo, esta categorización derivó en lo que hoy en día conocemos como ángeles y demonios.
En su libro Demonología, el Rey Jacobo I distingue entre tres clases de demonios:
- Lemures o espectros. Son los que suelen aparecer en las casas, haciendo ruido y moviendo objetos. Son demonios vengativos y están enfadados. Cuando aparecen en la forma de un conocido que ha muerto, son llamados vmbræ mortuorum.
- Acechadores. Son los que persiguen a una persona en particular. Algunos lo hacen para proteger, otros para atacar, causando enfermedad y muerte. Dentro de esta clase se encuentran los sexuales, que acechan para abusar sexualmente. Los masculinos son llamados íncubos, y los femeninos, súcubos.
- Poseedores. Son los que poseen internamente a una persona, controlándolos.
Otra clasificación famosa de los demonios es la que postuló Miguel Pselo en el siglo XI, que influyó a muchos autores posteriores, como Francesco Maria Guazzo y el ya mencionado Giovanni Lorenzo d’Anania. Pselo dividió a los demonios en Ígneos, Aéreos, Acuosos, Terrestres, Subterráneos, y Lucífugos. Las denominaciones explican dónde moran y cuáles son sus poderes, siendo los Lucífugos los que están vinculados a la oscuridad.
Lista de Demonios
En nuestro sitio web hemos dedicado artículos a algunos de los demonios más famosos. Con el tiempo iremos agregando más:
- Abadón, el demonio destructor
- Abraxas, el demonio supremo
- Agrat bat Mahlat, la demonia bailarina
- Astaroth, Gran Duque del Infierno
- Asmodeo, demonio de la lujuria
- Babalon, la ramera de Babilonia
- Baphomet, la cabra sabática
- Behemoth, Bestia del Caos
- Belcebú, el señor de las moscas
- Belfegor, demonio de la pereza
- Belial, demonio de la sodomía
- Bestia del Apocalipsis
- Cerbero, perro del Infierno.
- Eisheth Zenunim, demonia de la prostitución
- Gremory, demonia del amor femenino
- Hécate, demonia de la brujería
- Krampus, demonio navideño
- Leviatán, serpiente del caos
- Lilith, madre de los demonios
- Lucifer, el ángel caído
- Mammón, demonio de la riqueza
- Mefistófeles, servidor de Lucifer
- Moloch, el demonio sacrificial
- Naamah, demonia de la seducción
- Paimón, demonio del arte y el conocimiento
- Pazuzu, el demonio protector
- Samael, el veneno de Dios
- Satán o Satanás, Rey del Infierno
- Valac, el demonio angelical
Inicialmente gracias por la extensa y bien definida explicación de quienes como yo, no conocemos la correcta definición. Lo que me gustaría saber, es lo que verdaderamente son y cómo nos pueden ayudar, quitando el velo de la maldad, y cómo traerlos a nuestro presente.
Hola. Te hemos respondido por email.
Hola buenas noches, una canalizadora dijo que el demonio Belial me quería. La pregunta era si le agradaba, quería un vínculo conmigo, quería que le sirva, quería tener sexo conmigo o qué era lo que quería? Yo he sentido algo, una presencia y que me ha hablado telepáticamente. Me podrían explicar qué sucede y por qué a mi? Muchas gracias.
Hola. Te hemos respondido por correo.